El Senado de la República discute la reforma para que la Guardia Nacional sea formalmente incorporada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A pesar del apoyo de Morena y sus aliados, la oposición, encabezada por el PRI, ha dejado clara su postura en contra de la militarización de la seguridad pública.
La reforma a la Guardia Nacional, que pretende transferir su control operativo y administrativo a la Sedena, ha generado intensos debates en el Senado. Desde su creación en 2019, la Guardia Nacional fue concebida como una fuerza con mando civil, pero esta propuesta de reforma busca militarizar por completo la corporación. El cambio es impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien argumenta que es necesario para mejorar la seguridad y combatir la violencia en el país.
El PRI, que había sido señalado por Morena como un posible aliado en la aprobación de la reforma, desmintió estos rumores, afirmando que sus 15 senadores votarán en bloque contra la medida. Alejandro Moreno, dirigente del PRI, criticó la estrategia de seguridad del gobierno actual, señalando que la militarización no ha logrado frenar la violencia que afecta a México.
El debate sobre la militarización de la Guardia Nacional ha dividido profundamente a los legisladores. Mientras el oficialismo defiende la reforma como una solución para fortalecer la seguridad pública, la oposición argumenta que podría aumentar los riesgos de abusos y violaciones a los derechos humanos. Además, expertos y organizaciones internacionales, como la ONU, han expresado su preocupación por las implicaciones de que la seguridad pública esté completamente en manos de las fuerzas armadas.
Por su parte, el presidente López Obrador ha reiterado su confianza en las Fuerzas Armadas, mencionando que son las instituciones de seguridad con mayor confianza ciudadana, según datos del Inegi. No obstante, la oposición insiste en que la militarización no resolverá los problemas estructurales de violencia en el país.
Este debate recuerda la polémica en torno a la desaparición de la Policía Federal en favor de la creación de la Guardia Nacional. Aunque esta corporación fue inicialmente creada bajo un mando civil, el intento de traspasarla a la Sedena ha reavivado el temor a que se repitan los errores del pasado, cuando la intervención militar en tareas de seguridad no produjo los resultados esperados.
El futuro de la reforma se decidirá en los próximos días, en medio de manifestaciones y un ambiente polarizado en el Senado. Mientras Morena busca aprobarla rápidamente, la oposición exige que el debate se realice de manera transparente y a la vista de la ciudadanía. La votación será clave para el rumbo que tomará la seguridad pública en México en los próximos años.