Un juez de control vinculó a proceso a Edgar "N" por su presunta participación en el homicidio del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el pasado 20 de octubre. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Chiapas, Edgar "N" es acusado de asesinar al sacerdote cuando este abordaba su vehículo tras oficiar una misa en la parroquia de Cuxtitali, en San Cristóbal de Las Casas.
El sacerdote Marcelo Pérez, de origen indígena tsotsil, era un defensor de los derechos humanos y activista por la paz en Chiapas, conocido por su trabajo mediador en el conflicto armado de Pantelhó y sus esfuerzos en favor de las comunidades indígenas. A pesar de las amenazas previas por parte de grupos del crimen organizado, el padre Marcelo continuó su labor social y religiosa en la región. En septiembre pasado, lideró una marcha por la paz en Tuxtla Gutiérrez junto con otros líderes religiosos, denunciando la creciente violencia en Chiapas debido a las disputas entre cárteles por el control de territorios para el tráfico de drogas.
El asesinato de Marcelo Pérez ha provocado una fuerte condena tanto por parte de la Iglesia católica como de diversos actores políticos. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su "más enérgica condena y profundo dolor" por el homicidio, calificándolo como una pérdida irreparable para la comunidad y una silenciación de una voz crítica en la lucha por la paz y la justicia. Los obispos también pidieron a las autoridades llevar a cabo una investigación "exhaustiva y transparente" y exigieron medidas para garantizar la seguridad de los sacerdotes que trabajan en contextos de riesgo.
El gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, lamentó el asesinato y aseguró que las autoridades colaborarán para que el crimen no quede impune. El homicidio de Marcelo Pérez se da en un contexto de escalada de violencia en la región, donde los enfrentamientos entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación han incrementado los niveles de inseguridad, afectando a la población civil y a quienes promueven la paz..
El asesinato del padre Marcelo Pérez evidencia la creciente inseguridad en Chiapas, una región marcada por la violencia generada por el narcotráfico y la falta de presencia efectiva del Estado en algunas comunidades. Su labor como activista y mediador lo convirtió en una figura clave para las comunidades indígenas y un blanco para aquellos que desean mantener el control a través de la violencia.
El vínculo a proceso de Edgar "N" es un primer paso en el camino hacia la justicia, pero la situación de violencia y la impunidad en Chiapas siguen siendo preocupantes. El asesinato del padre Pérez también resalta la vulnerabilidad de aquellos que abogan por la paz y los derechos humanos, en un contexto donde el crimen organizado sigue ejerciendo una gran influencia en la región.
La comunidad católica, junto con otras organizaciones, ha llamado a reforzar las medidas de protección para los defensores de los derechos humanos y líderes religiosos, quienes a menudo se encuentran en la primera línea de riesgo en la lucha contra la injusticia.
El caso del padre Marcelo Pérez es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los defensores de los derechos humanos y los líderes comunitarios en regiones afectadas por el narcotráfico y la violencia. La vinculación a proceso del presunto responsable debe ser acompañada de una investigación exhaustiva para esclarecer el crimen y establecer un precedente en la lucha contra la impunidad. La comunidad espera que el sacrificio del padre Marcelo no sea en vano y que sus esfuerzos por la paz puedan servir como inspiración para futuras acciones de reconciliación en Chiapas.