En enero de 1999, Tlaxcala fue declarada Capital Cultural de México, un reconocimiento nacional que destacó la riqueza histórica y artística del estado.

Tlaxcala, situada en el centro de México, ha sido un importante centro cultural y político desde la época prehispánica. En 1999, la UNESCO reconoció su valor histórico y cultural al declararla Patrimonio de la Humanidad. Esta distinción subraya la importancia de preservar y promover su patrimonio para las generaciones futuras.

La declaración de Tlaxcala como Capital Cultural de México no solo honra su pasado, sino que también impulsa el desarrollo cultural y económico del estado. Este reconocimiento ha permitido a Tlaxcala atraer turismo cultural, fomentar la investigación histórica y artística, y fortalecer la identidad cultural de sus habitantes. Además, ha incentivado la creación de programas educativos y culturales que buscan preservar y difundir su rica herencia.

En comparación con otras regiones de México, Tlaxcala ha logrado destacar por su compromiso con la preservación de su patrimonio cultural. La declaración ha llevado a la creación de museos, centros culturales y eventos que celebran su historia y tradiciones. Además, ha incentivado la colaboración entre instituciones educativas y culturales para promover el conocimiento y la apreciación de su legado.

La declaración de Tlaxcala como Capital Cultural de México ha sido un impulso significativo para el estado, destacando su riqueza histórica y artística y promoviendo su desarrollo cultural y económico. Este reconocimiento continúa siendo una fuente de orgullo y motivación para los tlaxcaltecas, quienes trabajan para preservar y celebrar su herencia cultural.

Además de su reconocimiento como Capital Cultural, Tlaxcala ha sido un centro de resistencia y alianza durante la conquista española, colaborando con Hernán Cortés en la caída de Tenochtitlán en 1521. Su historia es un testimonio de su resiliencia y adaptabilidad a lo largo de los siglos.